lunes, 16 de abril de 2012

Esdras Parra: "Al fin y al cabo sólo existe esta sombra harapienta..."

Esdras Parra nació hombre, en Mérida, Venezuela, en 1939. En su vida, logró un enorme reconocimiento intelectual, como escritora (cuentista, poeta, ensayista, narradora y traductora). En los años 70 viajó a Londres, dónde se enamoró de una lesbiana. Tan fuerte fue su amor, tanto se enloqueció, que tiempos después, en su afán por conquistarla, comienza a travestirse, llegando al punto de someterse a una vaginoplastia y otras cirurgías feminizantes. Nunca alcanzó el amor de esa chica, pero siguió su vida como mujer.

Cuándo cambió de sexo, Esdras Parra ya estaba casado, pero su mujer nunca le abandonó hasta el final de su vida. Murió en Caracas, en el año de 2004, victima de un cáncer, habiendo perdido casi todo que tenía. Para algunos, su velorio fue una cosa bizarra, lleno de travestis, como se fuera un estandarte de algo que no era. Se convirtió como simbolo de abanderamientos de ideologías machistas, feministas o transexuales, pero hay que tener mucho cuidado cuándo transformamos alguién en un simbolo, para que no olvidemos su lado humano: Esdras se veía inmersa antes, durante y después  de haber tomado una decisión tan transcendente, quedandose en un profundo conflicto espiritual.

Venezuela le sigue tratando de manera infame, sin darle fama o conorcimiento de su história de vida y su obra tan esplendida y pionera de casos tan extremos de la naturaleza humana.

El escritor Pablo Ramos escribió una novela baseada en su vida, llamada "Mientras Mi Mujer No Está". El título es baseado en los episodios de que Esdras se travestia en cuanto su mujer no estaba. Su esposa encuentraba ropas femeninas en su casa, pero Esdras prefiria decir que eran de su amante que decirla la verdad.

Aquí, una citación de la abogada transexual Tamara Adrián acerca de Esdras Parra:
"Esdras, la mujer, la autora, la promotora de cultura, la poetisa, la cuentista, la articulista, la traductora, la amiga, la estudiosa, la mordaz, la pintora, la dibujante, la filósofa que bajó del frío, la eterna caminante, la tímida, la mujer que luchó por su coherencia e identidad hasta lograrla, la amante del cine y el teatro, la mujer que nunca fue hombre (o, tal vez, la mujer que supo ser hombre), la mujer que amó ser mujer (o, tal vez, el hombre que aceptó que era mujer)… merece un homenaje, que la traten con el respeto y admiración que todo ser humano se merece”.
Algunas poesías de Esdras Parra:


Al fin y al cabo sólo existe esta sombra harapienta...


Al fin y al cabo sólo existe esta sombra harapienta
a donde me han condenado 
sin dolor y sin queja 
donde golpeo mi leña y trituro mi pan 
y recojo mis huesos dispersos 
allí allí 
de donde vuelvo con mi pedazo de muro.




Cómo encontrar de nuevo esas huellas... 


Cómo encontrar de nuevo esas huellas 
que me llevaron hacia la resaca 
retazos de adornos de los que ya no 
puedo desprenderme 
signos de otros huesos enterrados en la sal 
pero el orgullo se inclina siempre 
hacia la izquierda y el fracaso se doblega 
ante la dureza de su pulpa 


¿tendré que hablar de la intensidad 
de un nuevo sol para demostrar que 
el abismo se acuesta boca arriba?

¿He tenido razón en todos mis desordenes?

¿He tenido razón en todos mis desórdenes?
no sabría salir del desconcierto
me ato al corcel que arrastra lo imposible
mientras su barca evade las palmeras y los caminos
            de cangrejos

soy el animal lanzado a la aurora
bajo un cielo que arde en purísimas llamas
esas ánforas ya no contienen mi sangre
ese techo sólo corona mi inocencia
y
limpia
mi carrocería marcha sobre ruedas
sobre las flores y las fantasías de este mundo.

Más poemas de Esdras Parra aquí.

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