lunes, 26 de septiembre de 2011

Tormenta de Ideas





Tormenta de Ideas



-No hagas ruido. Dijo él con miedo de despertar su consciencia. Sentado alli, en la oscuridad, con apenas la luna y las estrellas como compñíia, intentaba recuperar el compás de su respiración que, por ahora, estaba sin aire.
 Hacía pocos minutos que finalmente habia colocado el plan en acción, después de días formulándolo, consiguió engañar su reflejo en el espejo, aquel que siempre lo encaró de forma tan vigilante y compenetrada.
-El no pensaría en eso, o pensaria? Yo lo pensaría? Está hecho. -Y, dicho eso, se recostó un poco más en la vieja poltrona donde las polillas constantemente se lo comían.
 Las horas pasaban lentamente, y la adrenalina que antes era la causa de la respiracion acelerada y fuera de orden, comenzaba a disiparse; los efectos se sobreponen a los cuestionamientos desesperados y los dominan. Ojos cerrados, el sueño es demasiado para mantenerse en ese mundo; la realidad  para atrás y los sueños comienzan, ahora estaba en un lugar de donde nunca mas saldría.
Probablemente los dos personajes coexistiendo en el mismo cuerpo se pelearían por mucho tiempo si su opuesto descubriese que una de las partes habia acabado de tomar dos frascos de un rótulo negro cualquiera, pero no había lo que descubrir, si no lo matase, los efectos del remedio lo mantendrían en un coma irreversible. Por lo menos era lo que el esperaba al planear eso.  
 Engaño del suicida, en el mismo día, más temprano, los comprimidos de tales frascos habían sido cambiados por complejos vitaminicos.
 Cerca de 6 horas más tarde, al despertarse, se vería una vez más desepcionado, el plan que fue previsto, no funcionó de nuevo.
 La luna y las estrellas no le hacian más compania. Son las seis horas de la mañana, y los pajaros cantan.

Brainstorming

 - Não faça ruído. Disse ele com medo de despertar sua consciência.Sentado ali, no escuro, com apenas a lua e as estrelas como companhia, tentava recuperar a sincronia de sua respiração que, por ora, estava ofegante.
 Havia poucos minutos que finalmente colocara o plano em ação, depois de dias formulando, conseguiu ludribriar seu reflexo no espelho, aquele que sempre o encarou de forma tão vigilante e compenetrada.
 - Ele não iria pensar nisso, iria?Eu iria?Está feito. - E, dito isso, se recostou um pouco mais na velha poltrona onde as traças constantemente se deliciavam.
 As horas passavam vagarosamente, e a adrenalina que antes fora a causa da respiração acelerada e fora de ordem, vai se dissipando; os efeitos se sobrepõe aos questionamentos desesperados e o dominam.Olhos fechados, o sono é demasiado para se manter nesse mundo; a realidade fica pra trás e os sonhos começam, agora estava em um lugar donde nunca mais sairia.
 Provavelmente os dois personagens coexistindo no mesmo corpo iriam brigar por muito tempo se o seu oposto descobrisse que uma das partes acabara de tomar dois frascos de um tarja preta qualquer, mas não havia o que descobrir, se não o matassem, os efeitos do remédio o manteriam em um coma irreversível.Era o que ele esperava ao planejar isso.
 Engano do suicída, no mesmo dia, mais cedo, os comprimidos de tais frascos haviam sido trocados por complexos vitamínicos.
 Cerca de 6 horas mais tarde, ao acordar, se veria mais uma vez decepcionado, o plano fora previsto, não conseguiu de novo.
 A lua e as estrelas não lhe faziam mais companhia.São seis horas da manhã, e os pássaros cantam.


Vinícius Agostini, Vinícius Ruas e Adryano Quegi.

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